viernes, 17 de abril de 2009

LISBOA

Dani me regaló un fin de semana en Lisboa. Han sido nuestras primeras mini-vacaciones juntos y fuimos con mucha ilusión.

Lisboa es una ciudad con un particular encanto, sus tranvías chirriantes, sus calles empedradas y el ambiente nostálgico del gran imperio que fue. Poderío que tuvo y no retuvo.

Recorrimos prácticamente la ciudad entera, paseamos mucho y el tiempo fue bastante mas agradable de lo que yo esperaba. Visitamos los puntos de interés mas importantes, la Torre de Belem, el Monasterio de los Jerónimos, el castillo de San Jorge…y nos sobrecogimos y aprendimos de su historia.

Yo nunca antes había estado en Portugal y apenas sabía nada sobre nuestro país vecino. Me alegro de haberlo conocido y espero volver y visitar Sintra, Estoril, Oporto… ¡hay tanto que ver!

Ahora estoy de vuelta y no está siendo para nada una buena semana. Quiero pensar que algunas de las cosas malas que han pasado, las que tienen remedio, se arreglarán de una u otra forma, no puedo resignarme a perder algo tan grande y tan importante.

Y las que no lo tienen se quedan en el corazón, con la pena de la gente que nos deja para siempre con la valiosa herencia del tiempo que disfrutamos a su lado. 

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