martes, 18 de agosto de 2009

VALENCIA


Me fui 4 días a Valencia. Unas mini-vacaciones que aproveché para ver a los amigos que dejé allí, deseando, por supuesto, no encontrarme con los enemigos que por esas tierras campan.

Un viaje, por corto que sea, siempre te libera de algo, te quita un peso, te da un respiro y con esa intención me fui, pues llevaba unas semanas terribles con el colofón de un extraordinario encuentro de lo más surrealista en Madrid.

Lo que iba a ser, en principio un puro trámite sin más ni más, ni fú ni fá, y como mucho algún reproche y/o/u alguna cervecita conciliadora, acabó en un embrollo de lo más dantesco con sábanas por los suelos y sentimientos encontrados… no podría haber sido de otro modo… supongo…

Cuando me subí al autobús decidí no pensarlo más. Ha sido una reincidencia casual, lógica (o no) y no había que darle más importancia.

Así que llegué. Vi a Mamen totalmente instalada y cómoda en su nueva vida. Su negocio, su chico, más tranquila y a su bola, que si no fuera por los cuatro de siempre que se empeñan en ponérselo todo difícil y del revés otro gallo le cantaría. Ha perdido cierta independencia pero insisto en que creo que no le ha venido nada mal el cambio. Eso si, he echado de menos una “noche de chicas” en condiciones, pero es que no fui en un momento muy oportuno.

Conseguí planear citas con casi toda la gente que quería ver. Fantástica la charla con Vicente tomando café. Da gusto hablar con alguien así. Joan, como siempre, encantador, me llevó a la playa con sus amigos, gracias a él pude ver también a Oscar y aquella noche en el Kraken fue genial. Comí con Pat cerca del Corte Inglés y lo pasamos fenómeno poniéndonos al día de nuestras vidas…y ahí nos quedó una apuesta pendiente que me está a punto de ganar. Desde el verano pasado en el concierto de Bon Jovi en Barcelona que no nos veíamos… demasiado tiempo… Sandra se nos unió después para un café. Y casi se me escapa, pero finalmente Dav pudo escaquearse de su trabajo un ratito para venir a despedirme a la estación.

Así que de Valencia, la verdad es que no vi mucho, pero fue un viaje relámpago cuya intención era básicamente esa. Besar, abrazar y charlar con los amigos, que a veces, el Messenger no es suficiente ni por asomo.

Y al volver me encuentro con que lo que no le quería dar importancia si que la tiene, y mucha… y mientras me debato entre el bien y el mal y mis amigos amenazan con echarme a los perros me pregunto ¿hay vida en Marte?

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